La incertidumbre en el mercado, actualmente en estado “shock”, podría prolongarse hasta el verano y recuperarse a partir de septiembre
Como consecuencia del impacto de la crisis sanitaria global, en el sector inmobiliario se prevé una venta masiva de carteras de préstamos fallidos garantizados con hipotecas o NPLs (Non-Performing Loans) durante el último trimestre de 2020, según Axis Corporate.
Los factores que producirán estas operaciones en el tiempo serán tres. En primer lugar, el cambio en la regulación bancaria europea para NPLs que, previsiblemente entrará en vigor para 2021, provocará que la refinanciación de los prestamos se siga contabilizando como fallido, siempre y cuando los ingresos previstos caigan más de 1%, hecho que hará que se clasifiquen como fallidos prudenciales y, por lo tanto, seguirán consumiendo recursos de capital. Este hecho provocará que, antes de enero de 2021, la banca se encuentre interesada, aún más si cabe, en liberar de balance mediante la venta masiva de cartera.
En segundo lugar, los fondos, que ante la imposibilidad de cumplir con los objetivos de los planes estratégicos de negocio previstos para este año dada la paralización de la economía que estamos viviendo, se deshagan del balance no estratégico hacia “players” más especialistas o simplemente quieran complementar las pérdidas producidas por el parón que se ha producido en el mercado.
Y, por último, la incertidumbre que precisamente este contexto convulso provoca en la misma valoración de los inmuebles y de los activos, en la que se producirá cierta “confusión” en establecer actualmente el precio de algunos activos inmobiliarios, tanto para el sector retail como el profesional, como ya estamos viendo en algunos países. Esta situación hará que reine el principio de prudencia durante los primeros meses después del coronavirus, en cuanto a la inversión en estos activos.
Según José Masip, socio del área de Real Estate en Axis Corporate, “en este escenario, se unen dos ingredientes ante esta incertidumbre: el comprador, que ante este nuevo entorno de “shock” puede ver como oportunidad o no la incertidumbre del mercado y las del vendedor, que no se encuentre dispuesto a modificar el precio y dentro de sus posibilidades poder evaluar la mejor opción. “Por lo que puede que la estabilización de esta incertidumbre se prolongue hasta verano, previendo que mejore a partir de septiembre”, señala.
Ante estas perspectivas, las compañías del sector inmobiliario, según Masip, tendrán dos opciones para superar este contexto adverso. Por un lado, dinamizar los proyectos de digitalización empresarial para poder “rearmase” si cabe ante posibles segundas oleadas o nuevos contextos parecidos. Por el otro, ver este contexto como una oportunidad de eficientar los costes y los procesos asociados al negocio con el objetivo de recuperarse lo antes posible, al mismo tiempo que obtienen una eficiencia mayor que le reporte mayores márgenes y beneficios a corto plazo, sin descartar que algunos puedan optar por una estrategia de oportunidad, ampliando su volumen de gestión mediante la compra de más cartera o mediante fusiones.