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“Cada categoría de la taxonomía va a ser cada vez más exigente”

María Encabo - Periodista |
“Cada categoría de la taxonomía va a ser cada vez más exigente”
Bruno Sauer, director general de GBCe.

Europa está avanzando para ser cada vez más exigente en materia de sostenibilidad. Bruno Sauer, director general de GBCe, destaca como tener un certificado sirve como garantía ante los clientes y hacia la financiación de que un activo cumple los requisitos de calidad y mantendrá su valor en el tiempo.


¿Qué retos y oportunidades plantea la taxonomía europea?

Bruno Sauer: Europa tiene una visión política que se define dentro del Green Deal. Es una estrategia, sin tener regulación, ni normalización, sino un deseo sobre dónde quiere estar el continente en 2050. El siguiente paso es ver cómo concretar esa visión.

Europa ya contaba con directivas y declaraciones vinculadas con la parte financiera de la industria, pero eran documentos muy abiertos de interpretación libre por parte del mercado. Ahora, ha querido regular lo que se considera sostenible. Si a través de los fondos tanto públicos como privados se quiere financiar una economía sostenible, hay que ordenar los conceptos y fijar las interpretaciones. Por un lado, se han definido qué distintos sectores hay en la economía europea y uno de ellos es la edificación. Para cada sector se han marcado unos objetivos y unos indicadores para medirlos. Lo que han decidido es marcar unos criterios para financiar con fondos públicos y para que el sector privado muestre que invierte en una industria sostenible.

Europa siempre ha actuado planteando una visión, luego imponiendo unas reglas fáciles de cumplir y poco a poco las va endureciendo. La taxonomía es un instrumento para que los informes no financieros o los informes de desarrollo sostenible de las grandes empresas tengan un marco común.

En este momento, lo que es mitigación y adaptación al cambio climático, que son dos de los seis objetivos, tienen cierta definición concreta en un indicador. Los otros cuatro sobre salud, economía circular, ecosistemas o calidad del aire, exigen más bien el compromiso de que no se va a hacer un daño significativo. Poco a poco van a adoptar indicadores concretos, que muestren que realmente se mejora la situación. El apartado de economía circular ya tiene un borrador para ser un indicador de contribución sustancial. Cada categoría va a ser cada vez más exigente.

La banca y los fondos, las promotoras y las
constructoras han entendido que el camino
de la sostenibilidad es de no retorno


¿Esto cómo impacta en el sector de la construcción?

Bruno Sauer: La banca y los fondos, las promotoras y las constructoras han entendido que el camino de la sostenibilidad es de no retorno. Hasta ahora habían enfocado la sostenibilidad desde la parte técnica y la financiación se liberaba. Con la taxonomía se establece que si se quiere recibir fondos Next Generation para rehabilitar un edificio tienes que demostrar cuánto impacto reduces. La banca, los promotores y los constructores no saben realmente lo que significa la taxonomía y piden mucha información.

Desde GBCe hemos creado una plataforma online que permite mostrar que se cumplen los requisitos y en paralelo unos cursos de formación para entender qué es la taxonomía. Los grades promotores lo están intentado aplicar, aunque no tengan la obligación por su número de empleados o de facturación. Saben que la banca, por la exigencia que tiene de informar a Europa, les va a pedir demostrar que cumplen con la taxonomía. Por ahora, solo se está pidiendo información, no se está limitando la financiación. Esta actitud va a cambiar y en tres o cuatro años, si se está por encima de ciertos valores, se va a castigar en financiación.


¿Cómo se complementan las certificaciones que ha habido hasta ahora con las exigencias de la taxonomía?

Bruno Sauer: Desde GBCe gestionamos las certificaciones Verde, española, y DGNB, alemana. Desde el primer momento hemos comprobado si los indicadores y criterios que utilizamos para nuestros sellos estaban conformes a lo que es la taxonomía. Hemos tenido que ajustar más o menos la mitad, de tal forma que si ahora certificas con uno de los sellos automáticamente tienes el informe sobre la taxonomía.

En el pasado, hemos trabajado para adaptarlos a los ODS de las Naciones Unidas. También hemos ajustado Verde al marco Levels, que es el más técnico de la política europea.

¿Cómo ha evolucionado la demanda de estos certificados?

Bruno Sauer: En los últimos dos años hemos visto un crecimiento exponencial de las certificaciones, tanto por parte de entidades públicas como de promotoras privadas. Los dos ámbitos han visto que certificar es una garantía de calidad, hacia los clientes y hacia la financiación.

La banca, los fondos y los inversores piden una garantía de que lo que vas a construir encaja dentro de la política del Green Deal. Si no, cuando se intente revender una propiedad en 2030 o 2040 no tendrá ningún valor. Queda mucho camino por certificar, pero hace años los porcentajes de certificación eran mucho menores.

Las certificaciones sirven para demostrar que no solo existe un concepto, sino que, con los datos, los materiales son saludables, que los aislamientos, las ventanas y las fachadas son eficientes, que tienes un porcentaje de energías renovables, etc., lo que es una garantía para el inquilino o el comprador.