El retail ya cuenta con palancas para la resiliencia en la era post-Covid

El retail ya cuenta con palancas para la resiliencia en la era post-Covid
Trabajar los datos predictivos será esencial en este nuevo escenario del retail.

Mapic lanza unas reflexiones y pautas para la acción ante el cambio de modelo de negocio del retail

La crisis provocada por el COVID-19 acelerará los cambios estructurales que ya estaban ocurriendo en la industria del retail. También supone una oportunidad de aprender a hacer las cosas mejor con menos recursos y ha impuesto una revisión exhaustiva y rápida del modelo de negocio del comercio, que es una condición para la resiliencia. En este sentido, las palancas de resiliencia son conocidas y están disponibles, lo que ya es una ventaja. Así, los retailers resilientes no se ven obligados a reinventarse a sí mismos partiendo de cero, sino que solo tienen que poner en práctica las principales palancas que se han explorado en los últimos años. Estas son algunas de las conclusiones del whitepaper “Las 3 evoluciones del retail post-COVID”, elaborado por Mapic, el evento mundial de referencia para la industria del retail.

Acelerador de cambios

Los cambios ya en marcha señalan, en primer lugar, al aumento impulsado por el confinamiento de la penetración del online. También, a un auge del “desconsumismo”, porque con el confinamiento los clientes se han acostumbrado a comprar menos, lo que amplificará la reevaluación del modelo consumista, ya sacudido por el aumento de la conciencia ambiental. Esta evolución será, según el informe, más acentuada para los millennials.

Mapic augura que se reducirán las superficies de las tiendas. La crisis sanitaria y la recesión serán desastrosas para las tiendas ya debilitadas, acelerando la reestructuración de las redes "resistentes" en torno a las unidades más rentables. Apuntan que “será necesario purgar los metros cuadrados más rápido de lo previsto inicialmente porque el crecimiento online ya estaba creando un superávit. Esta evolución, que afecta a todas las marcas al mismo tiempo, debilitará también a los grandes almacenes y al paisaje inmobiliario comercial”.

También será necesario reducir el volumen de producto. Las próximas colecciones de moda, por ejemplo, se harán con volúmenes más bajos.

Hacerlo mejor con menos recursos

La crisis del COVID-19 ha llevado a revisar el modelo de negocio retail. Se trata ahora de vender menos, pero mejor. Se pasará de la lógica del motor de ventas al motor de márgenes. Cuando la oferta se reduce en el apartado de ventas y hay menos clientes, cada producto cuenta. Las numerosas áreas de desechos que eran habituales en los viajes de los productos, como las discrepancias de los proveedores y transportistas, la contracción externa/interna y el NOSBOSS (productos en el almacén, pero no en la zona de venta) han terminado. “Finalmente, es el fin de los escandalosos costos logísticos para el negocio online que crean una pérdida de 20 puntos de margen por artículo en comparación con las ventas en las tiendas. No se tratará de vender por cualquier medio, sino de vender al mejor precio mientras se crean nuevos modelos de desabastecimiento”, recalca el informe de Mapic.

En esta línea se impulsa también la necesidad de convertir la limitación en oportunidad, aprovechando que los periodos de crisis fomentan los proyectos de transformación, ya que la crisis también está rompiendo los cerrojos ideológicos y facilitando el acceso al cambio.

Palancas de resiliencia conocidas

Ante el panorama que se ha descrito los retailers solo tienen que aprovechar las principales palancas que se han ido explorando y desarrollando en los últimos años.

En primer lugar, alcanzar la transformación omnicanal e impulsar la distribución para maximizar el beneficio producido en cada artículo, en lugar de pensar en la venta masiva. Además, tendrá que moverse hacia los datos predictivos aprovechando toda la información disponible, lo que será muy valioso en el abastecimiento y en la oferta a los clientes. También, el retailer tendrá que comprar menos y mejor, solo lo que puede vender. Su capacidad para detectar tendencias es vital para secuenciar sus compras para maximizar su relevancia.

Otra palanca de resiliencia ya experimentada es la actuación en ecosistemas abiertos y dinámicos, utilizar nuevos intermediarios, ya sean socios existentes mejor integrados en el dominio de los omnicanales, o players que amplíen su target. A ello se suma el desarrollo de una cadena de demanda, poniendo a disposición en el momento y en los lugares adecuados los productos que el consumidor busca, minimizando al mismo tiempo las existencias. Esto se logra asociando capacidades de predicción y flexibilidad logística. En este sentido, es clave la digitalización del stock para controlar los inventarios en tiempo real, desde la fábrica hasta el punto de venta. El retailer de esta nueva era deberá identificar y aprovechar todas las sinergias disponibles dentro de su red.

El informe de Mapic concluye que “ser resiliente es ponerse en acción” y para no sufrir en el período post-Covid, es preciso construir estas líneas de evolución de inmediato. Recomienda, en primer lugar, elaborar rápidamente un plan de acción específico que responda a este nuevo modelo de negocio. Después, adoptar una metodología ágil y de rápida implementación de los impulsores de valor. Por último, mezclar los recursos internos y los ecosistemas de los especialistas para evitar las interrupciones y aumentar la velocidad y la excelencia de la ejecución.