El 32% de los ciudadanos quiere cambiar de vivienda debido a la COVID-19

El 32% de los ciudadanos quiere cambiar de vivienda debido a la COVID-19
Un 8,75% de los encuestados tiene intención de cambiar de hogar en un futuro próximo.
Un espacio apropiado y cómodo para el teletrabajo (21%) es uno de los motivos principales para desear un cambio de hogar


El 32% de los ciudadanos quiere cambiar de vivienda debido a la pandemia, aunque el 23% no se lo puedo permitir. Son datos que se desprenden de la tercera edición del informe ‘El impacto de la COVID-19 en estados de ánimo, expectativas y hábitos de cosumo’, elaborado por Pablo Contreras, profesor de EAE Business School.

De acuerdo con el análisis realizado, las personas que expresan mayor interés en cambiar son las que viven en pisos o apartamentos sin balcón ni terraza. Actualmente, un 21% de la población reside en viviendas que no disponen de espacios exteriores. En concreto, un 55% vive en pisos o apartamentos con balcón o terraza y un 23%, en casas unifamiliares o pareadas.

Asimismo, un 76,2% de los encuestados para el estudio dispone de vivienda en propiedad y un 23,8% vive en alquiler. Un 8,75% tiene intención de cambiar de hogar en un futuro próximo.

“Las nuevas necesidades derivadas de los cambios en los hábitos de vida y las prácticas laborales están impulsando nuevas demandas en el tipo de vivienda. Ahora se prioriza tener un espacio exterior (45%), disponer de más espacio en el interior de la vivienda (40,8%), vivir en el campo o cerca del mar (40,8%) y de una forma más saludable (40,5%)”, explica Contreras.

El informe también señala que algunos factores que antes de la crisis sanitaria tenían mucho peso a la hora de elegir una vivienda, ahora han perdido valor como residir en el centro de la ciudad. En este sentido, el 19% quiere vivir lejos del centro y el 11,7% prefiere vivir en una localidad más pequeña.

Disponer de un espacio apropiado y cómodo para el teletrabajo también es uno de los factores a tener en cuenta para el 21% de los encuestados. “El teletrabajo ha reducido la necesidad de disponer de una vivienda cercana al puesto de trabajo, lo que ha impulsado el deseo de reubicar el domicilio en zonas rurales o periféricas de las ciudades. La pandemia ha cuestionado el valor de vivir en zonas céntricas y ha generado una mayor necesidad de más amplitud de espacio en el hogar y de la disposición de lugares seguros para vivir, minimizando con ello el riesgo de contagio. El desplazamiento a las segundas residencias que se ha producido en muchos casos es indicativo de esta tendencia”, detalla Contreras.